Ni en mis sueños más locos habría pensado que mi emprendimiento contribuiría, no solo a que las mamás se vieran lindas con un collar de lactancia o que nuestros chiquis calmaran sus malestares de la dentición con los mordedores, sino también a aportar mi granito de arena a los niños con o sin dificultades en el neurodesarrollo.
Adicionalmente, descubrí que también podía ayudar a adultos con diferentes dificultades a nivel emocional y/o físico.
Hablo de este tema con el más absoluto respeto debido a que no soy terapeuta, ni pediatra y mucho menos neuróloga, pero sí quiero expresar un sentimiento de gratitud y compartir una que otra experiencia de lo que he aprendido de las joyas sensoriales y cómo un emprendimiento como VazART® puede aportar valor para que, en mayor o menor medida todas aquellas personas con necesidades especiales se sientan en equilibrio, cómodos y seguros.
Antes de adentrarnos en esta entrada de blog, es necesario aclarar que cuando digo personas con necesidades especiales me refiero a cualquier niño o adulto que requiera ayuda adicional no solo a nivel físico, también (desde sus componentes) emocional y cognitivo.
Síndrome de Down, autismo, Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o Trastorno del espectro autista (TEA) son algunas de las necesidades especiales de las que he leído y con las cuales me siento absolutamente comprometida a contribuir, gracias de nuevo a esas mamás y a aquellos otros clientes (adultos) que han encontrado en mis productos una vía para sentirse mejor.
Cuando empecé a entender mucho más sobre autismo, TEA, TDAH, SPD, ansiedad y estrés en niños, descubrí que el enfoque de mi compañía no estaba solo en el manejo de la estética de un collar de lactancia, supe que quería aportar mucho más.
Los niños son seres extraordinarios de los cuales tenemos mucho que aprender, y si en mis manos está la posibilidad de desarrollar productos que ayuden a reducir niveles de estrés y ansiedad y estimularlos sensorialmente, seré la primera en levantar la mano.
Fue así como empecé a recibir el cariño y las notas de muchas mamás que me decían que, gracias al uso de los mordedores y los collares, sus hijos se sentían mucho más tranquilos en distintos escenarios.
El SDP es una “dificultad” y probablemente una lucha constante del ser humano para organizar las sensaciones que vienen del cuerpo y del medio ambiente, es la causa de que muchos niños se sientan abrumados con tanta información.
Por ende, son reacios a ciertos sonidos, texturas o actividades. No había notado la importancia de este trastorno que a todas luces podría confundirse con otro, así que, le regalé unas líneas solo para tener en cuenta que, como padres, podríamos estar pasando por una situación similar en casa, pero no logramos comprender a nuestros chiquis y en vez de ayudarles, nos enojamos.
Los invito a estar atentos a cualquier señal que nuestros hijos puedan manifestar y a lograr un diagnóstico temprano para que tanto ellos como nosotros sepamos qué hacer y cómo ayudar en momentos donde sobrevenga un episodio donde no se sientan cómodos.
Antes que nada, vale aclarar que podemos hablar de joyas sensoriales, pero en algún punto podemos decir que son joyas masticables, accesorios o collares de lactancia debido a la función que prestan a quienes las usan para estimular sus sentidos o tranquilizarse.
Uno de los aportes significativos de las joyas sensoriales se basa en la posibilidad de sentirse en equilibrio y así, estar abiertos al aprendizaje y la socialización y esto se ve reflejado en:
Si bien es cierto que su aporte es inmenso, hay que tener en cuenta el entorno, las actividades que se estén llevando a cabo y el contexto donde el niño o el adulto se desenvuelve.
Ejemplo:
Depende, el descubrimiento del mundo cuando están pequeños es llevarse todo a la boca, de hecho, hacerte saber que está molesto o que necesita atención también podría darse a través de esta acción.
Sin embargo, las mordidas deberían desaparecer a la edad de 3 o 4 años aproximadamente, de no ser así, te aconsejo (de manera muy respetuosa), que consultes con tu pediatra para poder determinar si hay algo más y en tal caso, poder hacer un diagnóstico temprano, acertado y responsable de lo que pasa con tu hijo.
De nuevo gracias por haberse tomado el tiempo de leer mi entrada de blog, como dije al principio, no soy experta en estos temas y mucho menos mi intención es desinformar, de hecho, me apoyó una neuróloga pediatra a quien agradezco haberse tomado el tiempo de compartirme fuentes de información y así poderles transmitir el valor que aportan los accesorios sensoriales en la vida de nuestros hijos y en algunos adultos, todo esto, desde el agradecimiento y el profundo respeto que VazART® siente por todos ustedes.
Me siento feliz porque he podido contribuir en la elaboración de productos hechos para las necesidades de cada persona y guiados por su terapeuta, testimonios de mamás tengo muchos y esa es una verdadera motivación para seguir comprometida con la causa.
Cuéntenme si tienen alguna experiencia personal con los productos de VazART® que quieran compartir y cómo podría contribuir desde mi emprendimiento para que crezcamos como comunidad y nos mantengamos unidos a través de la empatía, esa que tanta falta nos hace con aquellos que viven sus retos y dificultades en silencio.
Un abrazo.
Los comentarios se aprobarán antes de mostrarse.
Celia
marzo 05, 2021
Que lindo artículo!! Que manera más bonita de abordar los transitorios sensoriales, desde cualquier diagnóstico, los objetos sensoriales nos ayudan a los padres a hacer las cosas más fácil a nuestros hijos!! Que Dios bendiga tu creatividad, tus ganas de aportar a esta comunidad!! Obvio a tu emprendimiento.