El inicio de todo
Cuando me regalaron mi primer collar de lactancia, ni siquiera sabía de qué se trataba. Aún estaba embarazada y, en ese momento, solo lo podía usar como un accesorio para mí.
Lo miré con curiosidad… y me imaginé a mi bebé tocándolo, mordiéndolo, descubriendo el mundo a través de ese pequeño objeto. Ahí comenzó todo.
Un producto con propósito (y un sueño personal)
Por ese entonces, yo ya tenía claro que quería emprender. Y mientras más investigaba sobre el mundo de los collares de lactancia, más sentido encontraba: un producto funcional, con propósito, estéticamente lindo, y que conectaba profundamente con la maternidad. Y, sin querer, me abrió la puerta a un sueño que había dejado guardado por años: hacer joyas.
Alta joyería era mi gran anhelo, uno que nunca había cumplido… Pero esto, de algún modo, se le parecía. Eran collares con alma. Accesorios para mamás diseñados con intención, hechos para durar, con un mensaje poderoso detrás. Y eso, para mí, era suficiente.
¿Por qué nuestros collares de lactancia no tienen mordedor?
Desde el principio tuve claro algo muy importante: en VazART no hacemos collares de lactancia con mordedor.
¿La razón?
1. Seguridad infantil
El collar está hecho para que lo use la mamá, no para dárselo al bebé. Al agregar un mordedor, muchas personas lo ven como un juguete, y eso puede representar un riesgo real de ahorcamiento.
2. Conexión y feminidad
Nuestros collares están pensados desde una visión más holística: no son solo objetos funcionales. Son herramientas que integran belleza, vínculo emocional, desarrollo sensorial y bienestar para ambas partes: mamá y bebé. Porque cuando una mamá se siente bien consigo misma, también está en mejor capacidad de conectar, sostener y disfrutar su maternidad.
Fui mi primera usuaria (y mi hija, mi primera inspiración)
Trabajaba en una gran empresa, con reuniones importantes todos los días. Y siempre —siempre— llevaba uno de mis collares VazART. Ya fuera con proveedores o con el presidente, nadie notaba lo que realmente era. Pero al llegar a casa, mi hija sí.
Lo tocaba, lo exploraba, lo mordía con esa curiosidad con la que los bebés aprenden el mundo. Y ahí, entre nosotras dos, pasaba algo mágico: conexión, vínculo, estimulación sensorial, amor.
Yo me sentía linda. Ella se sentía segura. Y ese pequeño accesorio, hecho de silicona, nos sostenía a las dos.
Mucho más que un accesorio: una forma de maternar desde el amor
Con el tiempo, entendí que no era la única. Que muchas mamás necesitaban lo mismo: sentirse bien, reconectar con su cuerpo, y fortalecer el vínculo con su bebé. Especialmente en el postparto, una etapa tan intensa, tan emocional y a veces solitaria.
Por eso hoy, los collares de lactancia VazART son mucho más que un accesorio. Son un abrazo. Una forma de consentirte, de acompañarte, y de recordarte que tu maternidad también puede ser hermosa, femenina y consciente. Porque maternar no se trata solo de cuidar a tu bebé: también se trata de cuidarte a ti, reconectar con tu cuerpo, tus emociones y tu historia. Y eso —para nosotras— es maternar desde el amor, el instinto… y la intuición.
Gracias por dejarme acompañarte en este viaje tan poderoso.
Andrea VazART